LA SANTERIA EN MEXICO
Los antecedentes de las primeras
manifestaciones de la santería en México, concuerda con la llegada de los
españoles, entre los años 1510 hasta
1570, se afirma que la población negra era mayor a la española incluso a la de
los indígenas. Un factor determinante que causa que esta población disminuyera
fue la sobre explotación de mano de obra por parte de los españoles, fue hasta
el año de 1817 cuando se firmo el Tratado de Abolición Negra, subsistiendo el
tráfico ilegal de negros y de indígenas mayas en la zona del Estado de Campeche,
ya que geográficamente Campeche figuraba como un puerto estratégico del
comercio proveniente de Europa vía cuba y de Campeche al resto del Caribe.
Ahora bien respecto a los antecedentes directos de la Cultura Yoruba que convergieron
con el mestizaje en México, nos llama la atención la similitud de los rasgos visibles
en las zonas de Veracruz, Oaxaca y Guerrero. Podrimos decir que estos rasgos se
ven plasmados en la forma de la construcción de las casa, en la utilización de
ciertos instrumentos en la música regional, el movimiento de ciertas danzas y
sobre todo en los colores utilizados para el festejo de las distintas
divinidades en estas zonas geográficas. Sin embargo en un aspecto mas general
diríamos que la similitud deriva en que estas zonas geográficas, tienen rasgos politeístas, hay una muy
marcada afición por el culto de los muertos y antepasados, entre otros.
Un antecedente muy importante que
nos llama la atención en relación a la Administración de justicia por la Corona
Española en México se da en el año de 1517 con la instauración del Tribunal de
la Fe, por el Doctor Moya de Conteras. Este tribunal fue conocido como el
Tribunal de la Santa Inquisición el cual para muchos estudiosos de la metería
fue un método de control de la corona española en la nueva España. El único fin
de este tribunal era preservar e instaurar las costumbres católicas europeas en
la nueva España, en otras palabras era un método para erradicar la herejía, pero
realmente fue hasta la llegada de Fray Tomas de Torquemada que se desarrollaron
reglas más estrictas y castigos más crueles. Curiosamente en este mismo año se
decretó que la Santa Inquisición no podía juzgar a los indígenas por herejía,
dejando fuera de este beneficio a los negros provenientes de áfrica o España y
por supuesto a los nacidos en territorio de México. A la par este grupo étnico
era juzgado por brujería, violencia, blasfemia y herejía. Pero el dato más
importante es que había un delito relacionado con la recolección de la menstruación
de la mujer para preparar un brebaje y con ello someter al hombre, esta
práctica curiosamente también estaba prohibida en Europa entre los africanos,
por lo tanto podemos concluir que esta práctica de preparar el brebaje del amor
estaba reservado a los africanos en territorio de la Nueva España.
Otro dato importante que nos
indica la presencia de la práctica de las costumbres yorubas en lo que fue la
Nueva España, se da en el año de 1621 cuando un negro fue juzgado ante el
Tribunal de la Fe por beber el ololiuhqui. El ololiuhqui es un brebaje que se
utiliza en cuba para laborar del néctar de su raíz una bebida mezclada con miel
de color claro y aromático, sus efectos son afrodisiacos y su uso también puede
ser como psicotrópico para entrar en trance, en ambos casos se asocia con ofrendas
y prácticas al orisha llamado ochun.
Por otra parte, ciertos rituales
previos al cultivo del maíz, son de origen africano, asi como los mitos
derivados de dicho cultivo. Una dato más a esta investigación, lo encontramos
en la zona del Estado de Campeche, en donde en distintas provincias se menciona
la palabra orisha y de los nombres de algunos santos africanos; en donde
también se encontró el siguiente canto:
Vamos, vamos entonces Santa Madre
Yemayá A bailar la guaranducha y cantarla e verá
Santa María. Santa María Orisha
Saramaguá Orisha Saramaguá Perdona Señora A Iyambá mayorá San Ceferino: ¿Qué
dice mi Ecobio El Echú, coludo mayor?
Palo monte verá… verá Coro: Ahora
verá, ahora verá Piñón de la mata pa yo curá Juez: Zarabanda me dá… me dá
Mi Zarabanda para curá…
La santería o las religiones
afrocubanas tenían mala reputación en México, ya que se confundían –con cierta
razón por el uso que se había hecho de ellas– con la hechicería, lo cual se
exacerbó en 1989, después del episodio muy difundido en los periódicos de los
narcosatá- nicos dirigidos por Constanzo, el joven padrino de origen cubano.
Este era –aparentemente– un exitoso palero que tenía entre sus clientes a
famosos políticos y gente de la farándula, y al que se acusó de haber
“sacrificado” a 13 personas como parte de sus ritos. Dicha acusación nunca se
comprobó. Constanzo fue asesinado cuando la policía intentó capturarlo. Una
mujer que era su amante, acusada de ser su principal seguidora y sacerdotisa
del culto, purga actualmente una condena de 30 años junto con otras personas
ligadas a la banda de Constanzo. Esta mujer ha escrito un libro sobre su
relación con este personaje negando las prácticas narcosatánicas, aunque
confiesa que ella misma fue “rayada” por él, lo cual parece implicar que la
inició en el Palo. Estos hechos, y la corrupción de la policía, llevaron a que
toda muestra de rituales relacionados con las religiones afrocubanas tendieran
aún más hacia la clandestinidad, al igual que muchas prácticas de la medicina
tradicional de México, como la del espiritualismo trinitario mariano, tan
extendido en México. A pesar de la actual difusión de la santería, el prejuicio
hacia esta no ha desaparecido. Esto se vio claramente reflejado en un programa
de televisión de hace unos dos o tres años, en el que se trataba de denunciar
el satanismo. En dicho programa se entrevistó a varias personas –entre ellos,
un conocido especialista en el estudio de las religiones.
A pesar de que la santería ya
existía en México, su práctica y su conocimiento no se habían extendido
realmente, ni siquiera en la época de la expansión y difusión de las doctrinas
orientales y la búsqueda de nuevas alternativas religiosas. En realidad, su
gran difusión coincidió, por una parte, con la mayor afluencia de turismo
mexicano hacia Cuba y, por otra, con una mayor emigración cubana hacia México.
Desde luego, también influyó la mayor apertura de la religión católica en
México y el hecho de que, con la visita del Oni de Ifé a Cuba en 1987, aumentó
aparentemente el interés de los cubanos por la religión yoruba (Fernández
Robaina, 2001: 86) y empezó a generarse un tipo de turismo religioso.
En el centro de la ciudad de
México existe un mercado especial: el mercado Sonora, donde desde hace muchos
años se venden yerbas medicinales tradicionales y se dan consejos sobre cómo
usarlas. Se venden además todo tipo de imágenes de santos católicos hechos de
resina, muchos de los cuales se han convertido en advocaciones de los orishas.
También hay innumerables imágenes de la ahora famosa Santa Muerte. A su vez,
después del boom del esoterismo también se empezaron a ofrecer todo tipo de
amuletos, pirámides, budas, velas, figuras de santos y, actualmente, objetos
para los rituales afrocubanos: yerbas, palos, cascarilla, manteca de corojo,
puros, comida para los orishas, collares, soperas, el libro de los orishas de
Natalia Bolívar Aróstegui y el del Palo de Lydia Cabrera, así como la revista
Santería. En otra sección del mercado se venden animales vivos que son
utilizados para el sacrificio. Prácticamente todos los dueños de los puestos
del corredor 8 del mercado han sido iniciados en la santería y/o en el palo, y
hay incluso un babalawo (sacerdote de Ifá). La mayor parte de ellos han ido a
Cuba.
Creo le falto agregar si hubo alguna introducción o boom de la religión en la época de las grandes bandas, músicos y bailarines de origen cubano que pasaron por México durante la época del cine de Oro mexicano y las rumberas.
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