ITUTO


Toda cultura ya sea antigua o moderna tiene un gran respeto por sus difuntos, por ello no podría ser la excepción la Cultura Yoruba. Parecería sorprendente entender que durante los siglos IV, III Y II Antes de Cristo, los yorubas enterraban a sus difuntos de forma vertical y por lo general en una esquina de lo que fue la última morada del difunto, que por lo general siempre era en el patio trasero de dicha vivienda. En pleno siglo XIX, cuando hemos estado en ceremonias, debemos de recordar que el padrino antes de cualquier cosa, debe hacer las ceremonia de bendición e iniciación ante los eggun que presiden su cuadro espiritual, que por lo general siempre se lleva a cabo en una esquina de la casa del padrino y por regla general esta en la parte trasera de la misma o en su defecto en el jardín principal. Pues como ya vimos; esta ceremonia tiene sentido en base a los ritos mortorios que se desarrollaban a los inicios de la Cultura Yoruba.



La ceremonia fúnebre que se practica cuando un religioso muere recibe el nombre del ITUTO, la llamada ceremonia de los addosos; esta ceremonia bebe realizarse para algunos dentro del periodo comprendido entre el fallecimiento y el entierro del consagrado-cadáver, pero de manera inmediata al momento de fallecer el religioso se deberá de poner en el suelo, una copa de agua, vela encendida y florero con flores blancas. 

La doctrina yoruba marca dos divergencias del porque debe hacerse esta ceremonia:

La primera refiere que el ITUTO debe realizarse con la finalidad que ningún religioso utilice el ache del difunto en beneficio propio, ya que se conoce el nombre, santo coronado así como camino de santo, con todo ello podría ser sumamente fácil y hasta factible, jalar al ahora eggun para trabajarlo en beneficio propio del religioso que cuente con ese conocimiento. 

La segunda refiere que el ITUTO, se realiza en razón que los atributos que el religioso recibió en vida no ceben de llevarse a la tumba, en lo personal no concuerdo con dicha teoría, ya que en la zona de las montañas de la parte occidental de cuba, siempre y cuando mediante el oráculo del obi así se autorice, los santos son depositados todos o algunos dentro de la caja fúnebre del difunto.

El ituto es presidido por el oriate mayor del circulo religioso del ahora difunto o bien por el padrino del religioso fallecido, pero en ambos casos ambos deben tener el conocimiento necesario para poder realizar todos y cada uno de los pasos de esta ceremonia. De manera casi inmediata al morir el religioso, se debe de poner de manera horizontal en el piso el Osun del difunto y posteriormente por orden jerárquica cada uno de los santos recibidos. Se debe de buscar un cuarto especial, que se denominara cámara mortuoria donde se pondrá una estera blanca en el suelo y en donde descansar el cuerpo del difunto vestido con su traje de santo (En algunas tendencias el difunto se encuentra tapado por sabanas blancas), se invita a participar a nueve religiosos consagrados pues estos asumen el papel de cada orisha y cada uno de ellos deberá destapar los santos del difunto para extraer el caracol del mismo y de esta manera jerárquicamente cada santero realizara una especia de ita.

Una vez que el difunto ya está en la cámara mortuoria, los nueve santeros y el oriate que preside deberán entrar en ella y asegurar la puerta para que ningún extraño este dentro de la misma, ya que los yorubas tenían la creencia que el espíritu del difunto está presente y en cualquier comento este espíritu puede entrar en cólera y por lo tanto dichas energías podrían sacar de control la ceremonia. El oriate utiliza semillas llamadas Obi Kola y con ellas inicia la ceremonia.

Lo esencial de la ceremonia es borrar el osun pintado en la consagración de santo del ahora difunto, lo cual se hace con carbón machacado y algodón, la segunda parte de la ceremonia se enfoca al preguntar cuál será el camino de cada santo, algunos santos son llevados al rio, otros a la iglesia, otros más podrían ser recibidos por un familiar directo del difunto, ahijado o padrino en su caso. Pero alguno de estos sontos podría ser destruido. Posteriormente con la mano de 21 caracoles de cada santo, dentro de su morralito se pondrán estos caracoles dentro, junto con jutia, maíz tostado y pescado ahumado. Dichas caracoleras se ponen sobre el pecho del difunto, junto con la jícara, las tijeras y navaja utilizadas en la ceremonia de consagración de ocha del ahora difunto y no debe olvidarse ponerse también el mechón de cabello que se le corto en la ceremonia de consagración y que es guardada por el padrino.

En algunos casos cuando alguno de los fundamentos del difunto quieran acompañarlo, las otas serán depositadas en la caja moratoria y en algunas tendencias las otas son enterradas alrededor de la tumba del difunto. Para el caso que algunos santos queden en manos de alguien, esta se deberá de purificar y consagrar para que caminen con la persona con la cual se van a quedar. También se puede dar el caso que el hoy difunto contaba con sus collares, pulseras, dijes, cadenas, anillos, inches o cualquier otro objeto de protección, los cuales se deberán de pones en jícaras y estas a su vez ser acomodadas en forma de cruz tapadas con tela blanca y negra. Al final en una ceremonia secreta se sacrificaran algunos animales y se cantara al ángel de la guarda del fallecido. Se concluye con el Oro.

No se debe olvidar que al sacar el cadáver esa tinaja de agua fresca que se puso la momento de morir ahora se debe de tirar al piso como símbolo de que su partida está fresca y nada malo puede pasar.

A los nueve días del ituto se manda a dar una misa y después de ella los asistentes deben pasar a la mesa, para comer las viandas preparadas en honor al difunto, una vez terminado el convivio, los platos, los vasos, las flores y el mantel se mandan al panteón terminando con ello la ceremonia del ITUTO. 





Este articulo lo escribo en memoria de LUIS CRUZ DOMINGUEZ, OGGUN SOROKE


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