EL ORIGNE DE LOS CABILDOS EN CUBA.
Era el paso del siglo XIX, precisamente en la provincia cubana llamada Matanzas ubicada al sureste de La Ciudad de la Habana, Cuba. Esta provincia se ha caracterizado siempre por su población negra, libre y esclava. Esta fue una característica especial del porque en esta provincia floreció con tanta facilidad y a un paso rápido el legado africano, el legado de la Cultura Yoruba. Este legado es muy amplio ya que en esta Cultura convergen las siguientes tradiciones:
La Regla de Ocha
La Regla takua, conocida como nupe;
la Regla Iyessá, de origen yoruba;
la Regla Arará, de origen ewé fon;
la Regla Palo Monte, de origen bantú;
y la Sociedad Secreta Abakuá, de origen carabalí.
Fue necesario tener un lugar o casa de adoración y practica donde poder rendir culto a estas tendencias, fue así como a estos lugares se les conoció con el nombre de Cabildos, de los cuales los tres principales hasta nuestros días han sido y son
1.-El Cabildo Iyessá Modú “San Juan Bautista”
2.- El Cabildo Arará “Espíritu Santo”.
3.- El Cabildo Lucumí Takua “Santa Teresa”
Es precisamente este ultimo cabildo que se caracterizo por ser presidido por una Santera Mayor llamada Tomasa Villamil Cárdenas y es ella quien inicio con el trabajo de transmisión de las tradiciones religiosas ancestrales a través de las generaciones. Esta red de lazos de parentesco ritual presentes entre los miembros del Cabildo de Santa Teresa se relaciona con la Regla de Ocha, la Regla Palo Monte, e incluso con la Sociedad Secreta Abakuá.
Por otra parte, hablando de los antecedentes de estos cabildos históricamente hablando que nos dice que el cabildo de mayor prestigio sino es que el primero que se fundo en Cuba fue el llamado “Cabildo de las Mercedes en Buen Viaje” el Cual se asocia con el culto y enseñanza de los secretos del Orisha Obatala.
El santero mayor, Osvaldo Cárdenas Villamil. Él expresa: “Blas Cárdenas era el capataz del Cabildo de las Mercedes en Buen Viaje. Él tenía hecho Obatalá y adoraba a Babalú Ayé. Él era compadre de Mauricio Piloto, que era el padre de Juan Villamil, que era el padre de la difunta Tomasa. Después que murió Blas Cárdenas, al frente del cabildo quedó su hijo Mateo Isasi. Cuando éste murió, al frente del cabildo quedó su hermano Pedro José Isasi, el hermano de Mateo que murió en Sumidero. Al morir Pedro José, fue nuestro abuelo, Juan Villamil, el que se quedó al frente del cabildo. Él estaba casado con Tomasa Cárdenas Isasi, hermana de Mateo y Pedro José Isasi. De ellos nacieron Tomasa, y todos sus hermanos y hermanas. “Cuando la difunta se hizo santo en el 42, en su itá, que hizo Florencio Alonso, le salió a Tomasa que era la continuadora del cabildo de su abuelo [Blas Cárdenas]. Pero como el santo de cabecera de la difunta era Oyá, el cabildo se llamó, entonces, Santa Teresa”.
Con esta investigación nos queda claro la forma de trasmisión de los conocimientos aprendidos y practicados en los Cabildos se trasmitieron de manera oral, tal vez sería inoperante establecer que hoy en día, las casa de santo tienen esa finalidad, en lo personal lo dudo ya que la vida cotidiana sirve de pretexto para muchos en lugar de estudiar.
El segundo Otro aspecto importante que se desarrollo en los cabildos fue el desarrollo de la música ritual, termino que se utilizo en los siglos XIX por los españoles. Sin embargo, como lo marca la tradición de la cultura yoruba, la música de los tambores tiene una importancia preponderante ya que sirve de distintos mecanismos ante los orishas para dar gracias por favores o peticiones recibidas, para bailes, para bajar santo y posesionarse entre otros aspectos más.
Por ello es importante conocer el origen de los instrumentos musicales dentro de la cultura yoruba y aquellos que se desarrollaron dentro de los cabildos en Cuba; de esta manera en primer lugar tenemos los llamados tambores bembé son de “tierra takua”.
Por citar como referencia al Cabildo de Santa Teresa el cual utilizo los tambores bembé a diferencia del Cabildo Iyessá Modú “San Juan Bautista” y del Cabildo Arará “Espíritu Santo”, los cuales conservan sus tambores rituales “del tiempo de España”, el Cabildo de Santa Teresa consagró su juego de tambores bembé, llamado “Omó Layé”, en el año 1877. Lo que le valió que hasta el día de hoy sus tamboreros han sido los propios miembros del cabildo, de la familia Villamil.
El tercer aspecto fue el llamado fundamento dentro de cada uno de los Cabildos. El fundamento radica en aquellos objetos materiales que simbolizan, representan, contienen a las entidades o fuerzas sobrenaturales a las que se rinde culto, que en algunos de las cosas son llamados Prendas, Ngangas o Santos. Por ejemplo en el cabildo de Santa Teresa se tenían con relación a la Regla de Ocha, son:
Oggún, deidad dueña de los metales, que simboliza la guerra (sincretiza con San Juan Bautista - 24 de junio); y Oyá, deidad dueña de la puerta de los cementerios, y patrona de los muertos (sincretiza con santa Teresa - 15 de octubre).
También se encontraron dentro de este Cabildo los llamados fundamentos cruzados, los cuales son de ocha pero cruzados con Palo dentro de la Regla Palo Monte.
Pero también se hablaba del termino SANTO PARAO, el cual es considerada una variante transcultural, en la que sus practicantes no “tenían santo hecho” pero se les entregaba un santo que se tenia que respetar, tal vez hoy día se le conoce como santo lavado, la historia oral trasmitida de los integrantes de cabildo de generación en generación se mencionaba que los Santeros Viejos, llamado así a las generaciones anteriores a Fermina Gómez en Matanzas eran paraos; es decir, sólo se les lavaban la cabeza, y entregaban el santo.
Y por lo tanto, fue Fermina Gómez el parte aguas de esta tradición ya que con el comenzó el asentamiento de Santo en Matanzas, aproximadamente en los años 40s.
A este respecto OSVALDO CARDENAS VILLAMIL, reconocido Religioso en Matanzas mencionaba como principio básico: “El santo parado es primero que ocha, no hay ocha sin santo parado”.
Históricamente hablando podemos deducir que los “Los santos parados son la forma más antigua de la santería, pues ellos se hacían en la época de la esclavitud. No tenían consagración, ya que pasaban de generación en generación.
Por otra parte, el Santo Parado era una especie de grado que al llegar a este punto daba la facultad de que cualquier persona con esta consagración pudiera recibir una prenda de palo monte, independientemente de su adoración a los santos, aunque lo más común es el cruce con Ogún, quien según las ideas y representaciones mágico-religiosas del santo parado, es el encargado de proteger al santero de la brujería. Y hay que recordar que con el paso del tiempo este fundamento se le podría llamar CAZUELA DEL BRUJO.
Comentarios
Publicar un comentario